Este misterio sucede en un teatro donde se está representando la famosa obra de Cervantes, Don Quijote de la Mancha. El protagonista de la obra, Fernando, que representa a don Quijote, se desmaya cada vez que pronuncia una determinada frase (siempre la misma)

y la obra se tiene que suspender. Vamos a ver si conseguimos averiguar qué está pasando.

No te preocupes, estoy bien. No sé qué está pasando. No lo entiendo. Me he mareado otra vez y he perdido el conocimiento.

Fernando, es ya la quinta vez en cinco días. Los médicos dicen que tu analítica es perfecta, que todo está bien. Es un poco extraño, siempre te pasa cuando estás actuando. Y siempre en el mismo momento.

Es verdad, siempre que finalizo la frase «Caballero soy y caballero he de morir si place al Altísimo».

Aquí está pasando algo extraño.

Alguien no desea que la función tenga éxito. Si llamamos a la policía, la prensa lo publicará y nadie vendrá a ver la obra.

No, no... Eso ni pensarlo, podría ser un escándalo. Déjame pensar... ¡Ya lo tengo! Creo que sé quién puede ayudarnos. Mi amigo Casimiro. Es un gran detective y nos conocemos desde niños. Voy a llamarlo ahora mismo. Seguro que nos puede ayudar a resolver este misterio.

Ahora contesta la pregunta que te hace Casimiro.

Fernando tiene una analítica perfecta, pero esta es la quinta vez que se desmaya y siempre en el mismo momento de la escena. ¿Cómo es posible?

(Al día siguiente...)

¡Compañero de juegos! Me ha hecho mucha ilusión tu llamada. Ya hace años que solo sé de ti a través de los periódicos.

Tienes razón y, si te digo la verdad, muchas veces he pensado en llamarte para tomar un café y charlar un poquito, pero ya sabes que siempre estoy hasta arriba de trabajo. Bueno, Fernando te va a contar lo que está pasando.

Verá. estamos representando una obra de Cervantes, el famoso manco de Lepanto. Esta semana ha empezado la gira y en tan solo cinco días de representación me he desmayado cinco veces.

Y nunca puede terminar la frase que está diciendo.

¿Qué frase es esa?

«Caballero soy y caballero he de morir si place al Altísimo».

¡Qué raro! Fernando, ¿puedo hacerle algunas preguntas?

Por supuesto, soy todo suyo.

Yo os dejo, tengo que contestar a muchos correos y estar en el ensayo general.

Bien, Fernando, dígame quién es la última persona a la que ve antes de salir a escena.

A mi compañero Carlos. Con él practico las partes más complicadas de mis intervenciones. Siempre que hay que ayudar, él está ahí.

Es un hombre increíble, con una memoria prodigiosa... se aprende de memoria los textos de todos los actores que participamos en la obra. Especialmente el mío, ya que don Quijote es su personaje favorito.

Me gustaría hablar con él. ¿Sabe dónde puedo encontrarlo?

Estará en la cafetería.

Muchas gracias, Fernando, ha sido usted muy amable. Por cierto, debajo del sofá hay unos calcetines.

Je, je... Sí, es una pequeña manía. Siempre dejo mis calcetines debajo del sofá y en forma de cruz.

¿Una pequeña manía?

Sí, nunca me pongo calcetines cuando salgo a escena y hasta ahora me ha dado suerte dejarlos así, en mi camerino.

Ahora contesta la pregunta que te hace Casimiro.

Fernando dice que nunca se pone calcetines cuando sale a representar una obra. ¿Crees que esta información es importante? Muchos actores tienen manías extrañas antes de salir a escena. ¿Tienes alguna manía?

¿Cómo está, Casimiro? Antonio nos dijo que quería hacernos algunas preguntas.

Así es. Usted es el último que ve a los actores antes de salir a escena, ¿me equivoco?

Bueno, no a todos. Soy el último que ve a los actores principales. Seguro que se refiere a Fernando, ¿verdad? Le gusta repasar los textos conmigo. Y si le soy sincero, me apasiona que me lo pida.

¿Le gusta su profesión?

¿Cómo?

Usted es acomodador, pero creo que le hubiera gustado más ser actor.

No se confunda, Casimiro, me entusiasma mi trabajo. Ser acomodador me permite estar en contacto con la gente y eso me encanta. Es cierto que a veces tengo que tener mucha paciencia, pues algunos espectadores me ponen nervioso, pero esto no es lo habitual.

Además de ayudar al público, ¿hace usted alguna otra labor?

Sí, reparo las cosas que se rompen, je, je... todos dicen que soy un manitas.

También da la réplica a sus compañeros, ¿verdad?

Sí, y aunque no es mi responsabilidad, lo hago porque me encanta. No tengo valor para ser actor, soy muy tímido. Prefiero estar detrás del telón. Aprendo los textos de carrerilla, es decir, los memorizo y los digo casi de forma literal. Disfruto mucho con las obras de los clásicos.

Además, si puedo echar una mano a mis compañeros, mucho mejor.

Me queda claro. Solo una pregunta más. Cuando Fernando sale a escena, ¿le nota algo raro? No sé... ¿está nervioso, mareado, preocupado?

No, no. En absoluto. Siempre sale contento y relajado.

Muchas gracias por todo, me ha ayudado mucho. ¿Sabe dónde puedo encontrar a Sara?

Sara está en el escenario.

Ahora contesta la pregunta que te hace Casimiro.

Carlos es el último que ve a Fernando antes de salir a actuar. ¿Piensas que puede ser él el responsable de sus desmayos? ¿Por qué?

No había visto que estaba ahí. Muchas gracias por sus aplausos.

Es usted preciosa.

No me diga eso, que me voy a poner roja como un tomate. ¿En qué puedo ayudarle?

Vengo a hacerle algunas preguntas. ¿Sabe quién ayuda a Fernando a vestirse antes de la función?

Su compañero del alma, Diego. Siempre están discutiendo. Si uno dice blanco, el otro dice negro, se llevan como el perro y el gato, pero no pueden estar el uno sin el otro. Esta vez Diego es solo el suplente, pero es un magnífico actor, yo creo que el mejor de la compañía, pero esto es un secreto.

Soy una tumba, sé guardar perfectamente un secreto. ¿No le ha molestado a Diego no ser el protagonista de esta gran obra?

Claro que no, él siempre ha sido el protagonista de las grandes obras que la compañía ha representado. Le alegra que su amigo pueda hacer este papel. Siempre que sale a escena está observando cómo lo hace.

¿Siempre se queda observándolo?

Siempre, sobre todo en esta obra. Yo creo que los desmayos son a causa de los nervios.

¿Los nervios? ¿Siempre en el mismo momento? No lo creo. Me gustaría hablar con Diego, ¿sabe dónde está?

En su camerino.

Ahora contesta la pregunta que te hace Casimiro.

¿Por qué crees que Diego ayuda a Fernando a vestirse y luego se queda observando cómo actúa?

¡Hola, Diego! Siento interrumpirle, veo que está limpiando las botas de Fernando. Me han dicho que usted es su suplente y ha tenido que sustituirle ya en numerosas ocasiones.

No, todavía no he hecho ninguna sustitución, aunque según están las cosas, creo que al final tendré que hacer yo ese papel. No me apetece nada, la verdad.

¿Todavía no?

No, cuando una obra ya ha empezado, no solemos hacer sustituciones. Pero si la obra todavía no ha comenzado y alguno de los actores se pone enfermo o tiene algún problema, entonces sí.

¿Qué cree que está pasando?

Sinceramente, creo que este papel es demasiado para mi amigo, nunca ha representado a un personaje tan importante.

Pero Fernando tiene muchas tablas, es decir, tiene ya mucha experiencia.

Es cierto, pero nunca ha hecho un papel como este.

Bueno, Diego, le dejo limpiando sus botas. Veo que están brillantes. Por cierto, cuidado con el agua, puede resbalarse.

No le entiendo.

Al lado de esa bota hay gotas de líquido o algo así.

¡Ah! Se me ha caído un vaso de agua. ¿Puedo ayudarle en algo más?

Sí, me gustaría hablar con Carmen. ¿Sabe dónde puede estar?

Estará en el despacho de su novio, Antonio.

Ahora contesta la pregunta que te hace Casimiro.

¿Por qué Diego limpia con tanto interés las botas de Fernando? ¿Qué crees que son esas gotitas al lado de la bota?

Siento interrumpir, pero me gustaría hablar con usted, Carmen, ya que en la obra representa a la mujer de Sancho Panza, ¿verdad?

Así es. Como puede ver, siempre tengo los peores papeles y después tengo que escuchar que estoy enchufada porque soy la novia del director y que conmigo actúa mejor que con los demás.

Pero ser Teresa Panza es un lujo.

¿Un lujo? He tenido que engordar más de veinte kilos para hacer este papel, estoy como una foca.

Bueno, Carmen, seguro que después adelgaza pronto. ¿Sabe si hay alguien en esta compañíaa que sienta antipatía hacia Fernando?

Fernando no le gusta a nadie, cae mal a todo el mundo, es bastante chulo, igual que su inseparable amigo Diego.

(Entra Miguel)

Pase, pase... solo me falta hablar con usted. Miguel, dígame, ¿hay alguien que supervise la ropa antes de salir a escena?

Sí, las responsables de vestuario lo hacen. Bueno, menos a Fernando que se la revisa su amiguito Diego.

¿Saben por qué?

Diego quiere que todo salga perfecto y prefiere hacerlo él mismo.

Eso no es así. Diego quiere que la representación de Fernando salga perfecta, no la de los demás.

Sabes que eso no es así, Diego se preocupa por todos y, especialmente, por Fernando.

Si se preocupa tanto por su amigo, ¿por qué es la primera vez que le ayuda con la ropa? En ninguna otra obra ha hecho esto.

En eso tiene razón Carmen. Se ha vuelto más generoso, serán los años.

Ya, ya... la edad. Miguel, ¿puede ir a buscar a todos y decirles que vengan al despacho de Antonio?

Claro, ahora mismo.

Por favor, dígale a Fernando que traiga también la ropa y las botas con las que sale a escena.

¿La ropa y las botas?... Lo que usted diga, Casimiro.

Después de haber leído todo el misterio, vamos a revisar algunas cuestiones:

Fernando siempre se desmaya en el mismo instante. ¿Quién es la persona que siempre lo observa detenidamente detrás del escenario? ¿Por qué crees que lo hace?

La ropa de los actores siempre la supervisan los responsables de vestuario, ¿por qué Diego quiere cuidar la ropa de su amigo?

Fernando no usa calcetines. ¿Qué puede ser el líquido que ha encontrado Casimiro en la bota?

¿Quién y por qué tiene motivos para querer hacer daño a Fernando?

¿Tienes ya una idea de lo que ha podido pasar?

Hmmm, me temo que alguien ha estado poniendo somnífero en sus botas porque sabe que usted no usa calcetines cuando sale a escena. El somnífero va entrando lentamente por la piel.

Pero ¿quién querría hacerme algo así?

No tiene sentido, además siempre se desmaya en el mismo momento y no creo que el somnífero ese pueda hacer que se duerma siempre en ese mismo instante.

Claro que no, lo que hace es que Fernando esté como dormido y preparado para...

¿Para qué?

Eso nos lo puede contar Diego.

(Diego se pone muy nervioso y empieza a tartamudear)

Yo no... no... no ten... tengo nada que con... contar.

Está bien. Antonio, llama a la policía, ellos se encargarán de todos.

¡No! Espera, Antonio. He sido yo, yo lo hice.

¡Diego!... No digas tonterías, ¡hombre! Tú no harías algo así.

Sí, Fernando, yo lo he hecho. No puedo soportar verte representar ese papel.

¡Te has vuelto loco! ¡Loco!

Ahora, dígame, ¿cómo lo ha hecho?

Con un dardo. Le disparaba un dardo desde detrás del escenario. Cuando caía al suelo, yo salía rápido para estar a su lado.

Y así podía esconder el dardo.

Era una dosis muy pequeña, tan pequeña que tenía que poner somnífero en las botas para conseguir que se durmiera.

Estás despedido.

No hagas eso, Antonio, son muchos años en la compañía.

Señores, creo que mi trabajo aquí ha terminado. Muchas gracias a todos.